La reforma energética golpea de lleno a la industria y las
pymes con un fuerte incremento de la luz desde agosto. Más de 20.000
grupos industriales con tarifas de alta tensión sufrirán un incremento
de una media de un 8% en los peajes del recibo. Por su parte, casi un
millón de empresas serán penalizadas con incrementos de precios en la
parte regulada del recibo (en torno a la mitad del precio final) que
incluso se duplican en algunas tramos. En el siguiente gráfico se pueden apreciar la considerable subida.
Así consta en la propuesta de orden de tarifas para elevar el recibo de forma extraordinaria en agosto que tiene como objetivo cuadrar las cuentas del sistema eléctrico
tras la negativa del Ministerio de Hacienda de sufragar, vía
Presupuestos Generales del Estado, la totalidad del coste de
compensación por generar en las islas.
A través de este incremento y de la subida del 3,2% aplicada en el precio final de la luz a los consumidores, el Ministerio de Industria prevé recaudar 900 millones de euros.
En concreto, la cartera que dirige José Manuel Soria eleva
los peajes de alta tensión de entre 6.1 y 6.4, con las que prevé
facturar más de 2.500 millones de euros, a través de esta orden que fue
remitida a la Comisión Nacional de la Energía para comentarios urgentes
por parte del sector en cinco días. En el caso de las empresas, les
afectan los aumentos de las tarifas 3.0 y 3.1 con los que se quiere
ingresar más de 3.700 millones de euros.
La gran industria representa al 51% de la demanda, mientras
que las pymes y empresas suponen el 14% del consumo y se corresponde con
las empresas de servicio y pequeña industria. El 33% corresponde a los consumidores domésticos y el 2% restante a consumidores que no están en los grupos anteriores.
Una de las principales preocupaciones tanto para la
industria como para las empresas es cómo crece la parte fija del recibo,
que el Gobierno ha querido equiparar a la parte variable para penalizar
a las segundas residencia y a las vacías.
En
el caso de la industria este incremento del término fijo supone una
fuerte penalización, ya que se trata de un sector que ha realizado
importantes inversiones en los últimos años para ser más eficiente.
Para cada escalón, los cambios introducidos con la ya
conocida tarifa plana de la luz, supone las siguientes modificaciones:
en la 6.1, que (para potencias de hasta 36 kilovatios) el término fijo
sufre un incremento del 115%, mientras que el del consumo o variable
experimenta una bajada del 66%. Para las 6.2, de potencia (de entre 36
kilovatios y 72,5 kilovatios) la parte fija sube un 41% para cada
periodo y la variable cae un 40%. Para la 6.3 (72,5 kilovatios a 145 kw)
el término de potencia sube un 28% y la variable baja en la misma
cuantía.
Por último, para la industria más pesada de más de 145 kilovatios, el término de potencia sube un 24% y el del consumo cae un 23%.
En promedio, la subida de la parte del recibo arroja una
subida que casi alcanza los dos dígitos que se traducirá en como poco
una subida del 2,6% en el precio final del recibo. El resto del precio
de la luz para la industria lo marca el precio al que se encuentra el
mercado mayorista de electricidad (pool) ya que tienen contratos bilaterales con las eléctricas que están indexados a este mercado.
Si bien en los últimos meses el precio del pool ha
estado hundido por el exceso de capacidad, la reforma energética busca
reflotar este índice. Así y para más inri, la industria se verá también
penalizada por el incremento que experimente este mercado, debido
principalmente al traslado que hagan ciertas tecnologías de los recortes
a los clientes finales.
Fuentes: El Economista, Minetur